06/04/2017
Benjamin Rojas Yauri
1 Pedro 5:6–9.

Venciendo al enemigo

"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo." (RV60)
"Ταπεινώθητε οὖν ὑπὸ τὴν κραταιὰν χεῖρα τοῦ θεοῦ, ἵνα ὑμᾶς ὑψώσῃ ἐν καιρῷ, πᾶσαν τὴν μέριμναν ὑμῶν ἐπιρίψαντες ἐπʼ αὐτόν, ὅτι αὐτῷ μέλει περὶ ὑμῶν. Νήψατε, γρηγορήσατε. ὁ ἀντίδικος ὑμῶν διάβολος ὡς λέων ὠρυόμενος περιπατεῖ ζητῶν τινα καταπιεῖν ᾧ ἀντίστητε στερεοὶ τῇ πίστει εἰδότες τὰ αὐτὰ τῶν παθημάτων τῇ ἐν κόσμῳ ὑμῶν ἀδελφότητι ἐπιτελεῖσθαι." NA28

Se podría escribir y comentar mucho sobre este texto, sin embargo esta meditación la basaremos únicamente en los verbos imperativos, la conjunción adverbial causal ὅτι [porque, por, que] y los problemas textuales de esta perícopa. Debe notarse que aun cuando este texto tiene una idea completa, no es totalmente independiente de las frases que lo rodean. Así por ejemplo se puede ver un patrón entre imperativos y el uso de la conjunción ὅτι en los versos 6-9, que tiene mucho para decir:

Humillaos [Ταπεινώθητε], bajo la mano poderosa de Dios, y él puede exaltarlos a su tiempo echando sobre si todas sus preocupaciones, porque [ὅτι] él cuida de ustedes. Sean sobrios, estén en guardia, porque el diablo, vuestro enemigo, como león rugiente acecha, buscando a quien pueda devorar. Resistidlo [ἀντίστητε] firmes en la fe, porque [ὅτι (P72)] conocen que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Aún cuando el humillarse bajo Dios y el resistid firmes en la fe, tiene mucho que ver, para obtener la victoria sobre el enemigo de Dios, en esta corta meditación nos centraremos en el verso 8. El primer imperativo divino es: sean sobrios [Νήψατε], es decir, ejerzan dominio propio y auto control, todo hijo de Dios debe ejercitarse en esto para que pueda ser victorioso frente al enemigo de Dios. Sin embargo no se puede olvidar que esta palabra es el antónimo para el término griego μεθύω que significa intoxicado por vino o por ideas o practicas religiosas. Alguien que está intoxicado es dominado por aquello que lo intoxica y por lo tanto no tiene dominio propio ni auto control, por esta razón es imperativo cuidar de aquello que se pone en la mente y en el estomago.

El segundo imperativo es: estén en guardia [γρηγορήσατε] este termino se usa 22 veces en el NT en textos como el de Apocalipsis 3:3 «pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a que hora vendré sobre ti». Velar para no ser intoxicado y luego vivir engañado, es el gran desafío que como hijo de Dios, todo buen cristiano debe enfrentar. Sin embargo lo más importante de este texto, esta en la claúsula que da la razón por la cual el hijo de Dios debe ser sobrio y estar en guardia. El texto dice, nuestro enemigo— no es enemigo de Dios únicamente—identificado como el diablo, deambula, como un León asechando a su presa. Aunque el enemigo de Dios es un ser inteligente y racional, el pecado lo ha degradado a la misma condición de algunos seres humanos, que creyendo ser inteligentes, no son sino prisioneros de sus propias pasiones, pues aunque creen usar la razón, en realidad deambulan sin usar su razón, guiados por instintos al igual que los animales del campo.

El texto continúa diciendo, que el enemigo de Dios se encuentra buscando alguien que pueda ser devorado. Las variantes textuales del pasaje en el que se está meditando, permiten tres tipos de lectura: 1) “buscando a quien pueda devorar,” [τίνα καταπίῃ] 2) “buscando devorar” [καταπιεῖν sin τινά,] y, 3) “buscando alguien para devorar” [τινὰ καταπιεῖν]. Basados en los contextos mediato e inmediato del pasaje y en su tema, se cree que es mejor optar por el uso del subjuntivo καταπίῃ y no por el infinitivo καταπιεῖν. Es decir, el enemigo de Dios, no busca alguien para devorar—esto implicaría que los seres humanos se encuentran escondidos a su vista—él busca alguien que pueda ser devorado, es decir alguien que no sea sobrio ni esté en guardia. O sea, los intoxicados y confiados—no vigilantes—son presa segura del enemigo, pero los fieles hijos de Dios que 1) se humillan delante del Señor, 2) que resisten los ataques del enemigo, y 3) que son sobrios y están en guardia, se encuentran con el enemigo en su diario caminar, son atacados por él, pero terminan siendo victoriosos, porque Dios cuida de ellos.

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